En esta serie de fotografías Irina Wan-Waniukiewicz- las presenta en forma organizada, agrupadas y respetando una retícula. Estas retículas establecen un ritmo y agregan, una dimensión temporal a la fotografía. La foto individual sólo adquiere su plena expresión una vez situada en línea con los demás. Ninguna foto es igual a la anterior, pero todas cuentan con una misma columna vertebral.
Se trata entonces de una narrativa producida gracias a una acumulación ordenada de fragmentos donde cada fotografía se integra con la siguiente, concatenando entre sí los elementos individuales, mostrando la belleza de la fotografía, que emana de la propia realidad, como una belleza diferenciada y distinta de la realidad misma.